El viaje de Thomas Andersen comenzó en el 2010, recorrería alrededor de 58,000 kilómetros en bicicleta por todo el mundo, para volver en el 2016 a su natal Dinamarca. Nos hemos puesto al tanto con él para descubrir los detalles sobre su experiencia al pedalear por 58 diferentes países. Curioso, aventurero y de mente abierta: Thomas es sin duda uno de esos viajeros que nos encantan.

¿Por qué decidiste viajar en bicicleta por el mundo?

En Dinamarca no es inusual sentarse en una bicicleta antes de aprender a caminar. Así fue en mi caso y en ese momento floreció mi amor por las bicicletas. Creo que está relacionado con la sensación de libertad de movimiento, estar al aire libre y tener la oportunidad de dejar fluir los pensamientos.

Comencé con viajes más cortos, como uno de dos semanas por Europa central. Tiempo después hice uno de dos meses en el cual atravesé India, de norte a sur. Después de leer blogs y libros de otras personas que pedalearon por todo el mundo, decidí hacer mi gran recorrido.

¿Qué fue lo que más te gustó al andar en bicicleta a lo largo del planeta?

El infinito cielo, el blanco Slar de Uyuni y la fiel bicicleta © Cycling the Globe

En la bicicleta uno experimenta el entorno directamente: los cambiantes paisajes, las colinas, el clima, la comida y la forma en que las personas reaccionan al verte.

Además me encanta la libertad que la bicicleta ofrece, no hay necesidad de esperar horas por un autobús que jamás llega. En cambio, depende de tus piernas y tu voluntad para poder ir de A a B. No hay necesidad de comprar un boleto y el impacto en el ambiente es mínimo. Yo creo que la mejor manera de viajar es en bicicleta.

¿Cómo cubriste los gastos de tu viaje?

De entrada viajar en bicicleta es barato. Mi presupuesto era de 20 dólares por día, e incluía comida y alojamiento. Antes de mi viaje trabajé como ingeniero y ahorré para juntar los fondos necesarios. Lo cual me llevó de Dinamarca a Australia, donde califiqué para una visa de trabajo y vacación. Acabé en una enorme estación de ganado en el campo australiano, lo que resultó ser una aventura en sí misma.

También hago trabajos freelance de programación desde mi laptop de vez en cuando mientras estoy de viaje.

¿Cuál es el recuerdo más significativo de tu viaje?

Hogar, dulce hogar: Thomas es recibido por su familia en Dinamarca © Cycling the Globe

En el 2010 me despedí de mis familias y amigos en la plaza del ayuntamiento de Copenhague. Después de ver el mundo desde mi asiento, seis años y seis días después regresé al mismo punto desde el que partí. Al ver ahí a mi familia y amigos reunidos con banderas, flores y champán, hice el intento por reunir todas las experiencias y recuerdos de los últimos seis años y concentrarlos en ese preciso momento.

Si existe tal cosa: ¿puedes describir un día típico en el camino?

Despertaba al amanecer, ya fuese en una casa de campaña, hostel o en el hogar del amigo de un amigo. Después de empacar mis bolsos y comer un buen desayuno, estaba listo para el camino. Un día normal incluye un recorrido de aproximadamente 100 kilómetros, los cuales recorría en aproximadamente 6 horas. Tomaba una pausa cada segunda hora para comer algo, conversar con los habitantes locales, tomar una foto o simplemente disfrutar las vistas. Llegaba a mi destino alrededor de una hora antes del atardecer. Después venía la cena mientras contaba historias del viaje. Casi cada noche la pasé en una cama diferente y por 8 horas dormía como piedra.

¿Cómo reaccionaban los locales al verte y cómo interactuabas con ellos durante tu viaje?

Sólo un bache en el camino de Tanzania © Cycling the Globe

Las reacciones de los locales por todo el mundo han sido maravillosas. Si me detenía en un pueblo pequeño para comer algo, las personas siempre se acercaban y me preguntaban de dónde venía y a dónde iba. Cuando les contaba que recorría el mundo en bicicleta, algunos no podían creer que tal cosa fuera posible. En algunas aldeas pequeñas en Suramérica o África, solamente les decía a las personas que iba camino al siguiente poblado ya que esos eran los límites de su mundo.

¿Cuál es el destino por visitar de tus sueños y por qué?

He viajado en bicicleta por 58 países y 6 continentes. Sobre todo he estado en tierra contiental y me he perdido de las islas.

En el lugar más alto de mi lista está Cuba, quisiera ir ahí antes de que todo cambie.

También están las islas del Pacífico como Fiji y Vanuatu,
con las que he soñado desde adolescente. ¡Afortunadamente uno jamás agota los lugares para viajar!

¿Cuál es tu terreno favorito y por qué?

Montando el campamento en Argentina © Cycling the Globe

Me encantan las montañas, a lo mejor porque no las tenemos donde yo crecí.

Es un reto pedalear cuesta arriba en lo que parece una montaña sinfín y con una bicicleta cargada, sin embargo el panorama compensa todas las dificultades. Fui testigo de la más impresionante naturaleza en los imponentes Andes, en la región entre Argentina y Chile. La ruta se volvió tan remota que mi compañero de viaje y yo cargamos nuestras bicicletas con comida para veinte días. Esa fue una verdadera aventura.

También disfrute mucho bicicletear junto a la costa, por ejemplo en el camino Great Ocean en Australia o junto al Mediterráneo en España y Francia. En esos lugares es fácil disfrutar del paseo.

¿Qué consejos puedes ofrecerles a las personas que quieran recorrer el mundo en bicicleta?

La parte más difícil de iniciar un recorrido en bicicleta es comenzar. Fue una dura decisión renunciar a mi trabajo y despedirme de mi familia y amigos. Sin embargo, una vez que las ruedas están en marcha se gana ímpetu rápidamente y entonces lo más difícil es detenerse.

Mi recomendación es comenzar con algo corto, un viaje de fin de semana a un punto agradable cerca de casa, acampar por la noche y volver al siguiente día. Es posible que en los viajes pequeños encuentres la inspiración para planear un viaje más largo para tus siguientes vacaciones.

Finalmente no te preocupes mucho por el equipo. En mi opinión ahí no se encuentra la esencia de los viajes en bicicleta, aunque muchas personas gasten miles de dólares en ello. Usa la bicicleta con la que cuentas e investiga hasta donde te lleva.

¿Viajas con un propósito definido?

Ir más allá de los límites y ser recompensado por asombrosos panoramas, como esta playa en Tanzanía © Cycling the Globe

Ir en bicicleta por el planeta es un viaje de descubrimiento, interior y exterior. Hay un elemento de aventura, de conocer mis límites y averiguar de lo que soy capaz. Aunque a lo mejor lo más importante es que sólo quiero observar. A menudo siento que los medios pintan un cuadro complicado del mundo, así que prefiero salir y ver con mis propios ojos antes de hacer juicios. Lo más bello sería descubrir que el mundo está habitado por buenas personas.

En pocas palabras: este es mi sueño y creo que todos debemos seguir nuestros sueños.

¿Cómo le das significado a tus viajes?

Conocer personas siempre ha sido uno de los puntos culminantes de mis viajes. Sentir la hospitalidad ofrecida por desconocidos en los rincones más remotos del planeta me ha hecho creer en la humanidad, incluso en este complejo mundo en el que vivimos. Sólamente espero poder dar algo a cambio, a lo mejor inspirar a otras personas a que realicen sus sueños, lo que sea que puedan ser. Eso le daría sentido a mis viajes.

¿Qué preguntas le harías al siguiente viajero de nuestra serie “Viajeros Extraordinarios”?

¿Qué has aprendido acerca del mundo mediante tus viajes?

Thomas Andersen escribe todo acerca de su recorrido en bicicleta en su sitio Cycling The Globe. Para más inspiración sobre viajes checa nuestra primera edición de nuestra serie “Viajeros Extraordinarios” con las hermanas SHINIMICHI.