Aceptémoslo: vivimos en un mundo acelerado. Nueva información está al alcance de nuestros dedos en todo momento, por lo cual es fácil distraernos, postergar y desviarnos de las posibilidades de establecer conexiones profundas y significativas con otros y con el mundo que nos rodea. Este grave caso de ‘miedo de perdernos de algo’ se refleja también en nuestras bien merecidas y costosas vacaciones.

Hemos platicado con Livia Posteuca y Laure Juilliard de la revista Slow Journeys Mag, dos chicas franco-canadiense defensoras de la idea del slow travel (viaje lento), para que nos indiquen cómo aprender a desconectarnos, bajar la velocidad y sacar el máximo provecho de nuestras vacaciones y de las personas que conocemos en el camino. Únete al movimiento slow travel y ayúdanos a abrir el mundo.

¿Qué es slow travel?

Slow travel es un brote del movimiento slow living (vida lenta) y slow food (comida lenta) nacido en Italia en los 80s, y se asume como una búsqueda por lo auténtico. En una sociedad constantemente conectada y acelerada, los viajes nos ofrecen una oportunidad para conocernos a nosotros mismos y a los otros, una travesía en la cual es posible abrir los ojos y el corazón al entorno.

El turismo lento es una reacción en contra de los hábitos de viaje de los baby boomers, a menudo caracterizados por la extenuación turística, los hoteles todo incluido y tachar todas las entradas en sus listas de puntos interesantes. En su núcleo el slow travel intenta animar a los viajeros a enfocarse en la calidad y no en la cantidad, a desconectarse de la tecnología, a bajar la velocidad y disfrutar la vida.

Es una postura alejada del desempeño y la efectividad, un tipo de viaje sin culpa que te ofrece la libertad de hacer menos (o nada si así lo deseas) y solamente ver cómo gira el mundo, en soñar por horas o tener conversaciones sin prisas y profundas con tus compañeros de viaje.

Los milénicos, nombrados también la Generación Y, están en la raíz de este movimiento y celebran la idea de una viaje inmersivo, en el cual buscar oportunidades para experimentar algo verdadero y auténtico. “Vivir como un habitante local”, adoptar nuevos ritmos de vida y construir conexiones genuinas con los habitantes regionales son algunos de los ingredientes de un viaje lento exitoso.

Ya sea que quieras aventurarte en bosques profundos, montar a caballo con un grupo de cowboys en la Canadá Occidental, ser voluntario en un refugio animal en África por un par de días, unirte a un festival de yoga en Hawaii o relajarte en una isla remota: abraza al medio ambiente y la cultura local para así construir conexiones auténticas. ¿La misión primordial del viaje lento? Sentirte en casa cuando estás lejos.

Una forma sustentable de viajar

El viaje lento se apoya en valores sólidos de sustentabilidad y el deseo de dejar una menor huella en el medio ambiente. Los viajeros lentos y los expertos del turismo prestan atención para minimizar el impacto que tienen en el medio natural y sus hábitats.

El turismo lento también nos incita a dirigirnos a lugares y destinos fuera de los caminos más transitados. No tengas miedo de salir de tu zona de comodidad y reta al explorador que llevas dentro. En ocasiones tendrás que caminar a través de tierras salvajes, atravesar ríos en botes de motor, volar sobre bosques tropicales o subirte a un vagón tirado por caballos: la experiencia de encontrar lugares lentos valdrá la pena.

La Posada Turtle Surfing en Nicaragua es el lugar perfecto para descubir el viaje lento. Recluida en la costa oeste de Nicaragua, cerca de la ciudad Léon, es necesario atravesar aguas y terrenos para dar con una interminable playa dorada que podrá ser disfrutada exclusivamente por ti y los otros huéspedes de la posada.

No importa si prefieres un hotel boutique ecológico, un retiro de yoga en un campamento de lujo, una casa en un árbol o una cabina anidada en el corazón de una tierra salvaje, los viajeros lentos cuentan con una amplia selección de posibles alojamientos que equilibran comodidad con prácticas conscientes del medio ambiente. El eco-campamento de tiendas Tipi Valley en Algarve, Portugal, es el ejemplo perfecto. La villa ecológica cuenta con tipis bellamente decorados que pueden hospedar a hasta 15 visitantes en un espacio rodeado por la naturaleza

Finalmente, y en contra de las prácticas del turismo de masas, se adoptan los valores de “de la granja a la mesa” y el consumo de bienes que provienen del ecosistema local, es decir, la producción local conforma la oferta culinaria.

Ya sea que escojas un destino remoto como la posada Totoco Eco-Lodge en la Isla Ometepe en Nicaragua, o algo más hacia el hemisferio norte, como Villa Nao (a menos de 2 horas en automóvild desde Montreal, Canadá), siempre podrás disfrutar de menús sofisticados hechos, y cuidadosamente diseñados, a base de la fresca cosecha de temporada.

5 tips para que te vuelvas un viajero lento

Organiza tus propios viajes

Compra una guía de viajes, investiga y conecta con otros viajeros a través de Instagram para recibir consejos e inspiración. El viaje lento no es sinónimo del mochilazo, que se caracteriza por una improvisación más prominente. Un poco de preparación y reservar lugares con antelación te permitirán disfrutar incluso más de tus vacaciones, especialmente si no planeas quedarte mucho tiempo y quieres ahorrar tiempo.

Lee sobre la región que planeas visitar: inicia conversaciones (más allá del tema del clima) con los habitantes locales para tejer un puente natural y así establecer ricos intercambios culturales.

Quédate al menos 3 noches en el mismo lugar

Disfrutarás de una nueva rutina en tu vida diaria, relaciones significativas con los vendedores locales y tendrás tiempo para absorber el entorno. El resultado será que tendrás la impresión de “sentirte en casa”.

Elige alojamientos, comidas y actividades alternativas

En Jamaica por ejemplo, podrás adentrarte en la cultura Rastafari al alojarte en Kudehya Guesthouse en Playa Treasure, Jamaica. El dueño, nacido y criado como un Rastafari, tiene el deseo genuino de conectar con sus huéspedes. Te invitará a que descubras un menú típico Ital sintonizado con sus valores: dieta vegetariana, libre de sal, a base de ingredientes orgánicos y sin alcohol. Una preciosa ocasión para descubrir la cultura local, lejos de los clichés.

Relájate y explora el entorno

Si tienes tiempo utiliza todas las opciones locales de transporte, preferentemente las que dejen una menor marca en el medio ambiente, para explorar la región. Te acercarán a la sensación de estar en casa. Además, algo mágico sucede al asomarte por la ventana y ver el despliegue de nuevos panoramas.

Desconectar para reconectar

Sé social, ejercítate y permítete una experiencia de bienestar: únete a un retiro de yoga o de surf. Recupera tu aliento en Genesis, un magnífico eco-resort cercano al sitio arqueológico de Ek’ Balam en Yucatán, Mexico.

También puedes navegar las aguas turquesas en el corazón del archipiélago de San Blas en Panamá. Estos lugares están libres de WiFi, invitándote a que disfrutes del momento presente: alejarte de las redes sociales por unos días te traerá una sensación purificadora.

Descubre más acerca de los viajes lentos en el sitio web Slow Journeys Mag y sigue a Livia y Laure en Instagram. Además, no olvides checar nuestros otros artículos en el blog de Inspiración momondo.